¿Quién como yo para transformar en ducados y archiducados los rincones más asquerosos de esta ciudad?
¿Quién más podría escribir las cursilerías más estúpidas sobre la piel que nunca fue suya?
¿Quién para escribir en itañol, spanglish o frañol perfecto?
Ese he sido yo.
Uno se da cuenta de las cosas, a veces muy tarde. Yo, por ejemplo, hoy sé que quiero hacer algo distinto.
El 2009 fue un año estúpido y difícil; nadie sabe cuán difícil es conocerse a sí mismo. La gente no tiene idea de lo que realmente significa soportarme: eso es algo que solo yo comprendo. Fue el año de tantos aprendizajes... On the other hand, el 2010 comenzó aparentemente bien. Prometía escenitas cursis y estúpidas, dinero, trabajo, amigos, descanso, incluso sexo. Obviamente 2010 fue una mierda que no cumplió nada de lo que prometió pero paulatinamente me devolvió la tranquilidad. Esa tranquilidad es la que espero disfrutar este 2011.
Ya fueron muchos números, muchos días. Hace tanto tiempo que no se me da escribir cositas bonitas ni nada por el estilo. Hoy, por eso, decidí darle una vuelta a esta gran página que vio mi vida más intima sin siquiera ser consciente de ello. Acá vine a cagar todas las cosas que me afligían, molestaban o excitaban, por más estúpidas que fueran. Acá hice nacer y morir a Max, odié a toda la gente que pude odiar, escribí como si fuera mi buzón de quejas a la vida.
Y como hay que renovarse o morir, al más puro estilo Ann, borraré casi todas las entradas de este mugroso y adorado blog: ya cumplió su propósito catártico y no hay más que hacer. Si tengo algo que dar al mundo, lo daré y lo recibirá.
Y como hay que renovarse o morir, al más puro estilo Ann, borraré casi todas las entradas de este mugroso y adorado blog: ya cumplió su propósito catártico y no hay más que hacer. Si tengo algo que dar al mundo, lo daré y lo recibirá.
Yo no ceno nada especial ni brindo en Año Nuevo, no agradezco a todos por estar conmigo ni reparto abrazos. Yo no me desvelo ni canto ni nada de esas cosas. Tampoco hago nada en Navidad. Pero mi subconsciente pagano siempre busca una especie de rito del paso para fechas como estas (el primer día del año).
Todos los días llegan alguna vez. Llega el primer día del año. Llega el día de botar todo lo que ya cumplió su propósito. Llega el día de volver.